21 de junio de 2007
Como ya es tradicional para el Consejo Nacional Aymara, cada año nos trasladamos a una comuna del interior y esta vez fue a la localidad de Tarapacá comuna de Huara.
En conjunto con los vecinos de la localidad tuvimos una jornada de preparación durante la noche, en ella preparamos las mesas que ofrendaríamos, guiados por el Amawta Rumiñahui y su sra. Killa cada uno de nosotros pudo poner sus deseos y sus buenas vibras para el ciclo que se inicia.
El frio no se sentía pues estabamos rodeados de muchos hermanos los cuales nos habían acompañado desde Iquique.
La subida al cerro
Cuando ya se acercaba la hora, subimos al cerro, cada uno de nosotros cargando palos y leña para las fogatas que nos abrigarían de la larga y fria amanecida.
Armada la mesa con las ofrendas, pasamos a ch'allarla cada uno de los presentes, para después proceder a quemarla, durante la quema, danzamos por rededor del fuego, Rumiñahui decía que es bueno para limpiarnos de los males y las malas vibras.
Este año el sol no salió con mucha fuerza, estaba nublado y demoraba en salir, los presentes estaban impacientes pero con fé en que saldría como nunca. Mientras esto ocurría, nuesstro amawta ofreció bautizar a quien lo desease pero haciendo incapié en los requisitos y disposición, fue así que algunos pensarón mucho y al final se decidieron cinco personas las que fueron bautizadas con nombres originarios. Los bautizados fueron Kusisiña Warmi, Yaguar Mallku, kanter, kurmi y Bartolina. Fue al término de ese acto que el sol apareció debilmente pero ya pasada una hora su resplandor se sintió fue así como nos abrazamos en señal de buenahora y empezamos a descender del cerro.
La kalapurka
Ahí nos estaba esperando la rica kalapurka, que bien se sentía con el frió reinante, compartimos y alcanzó para todos, los residentes y las visitas, luego de eso, nos dispersamos por el pueblo para esperar el bus de la Municipalidad de Huara que nos había trasladado amablemente.
Este año tuvo mucho recogimiento, mucho tiempo para pensar para llenarse de energías positivas sin duda fue una gran vivencia y recibimos muchas enseñanzas de nuestro guia quien en todo momento nos dió señales de lo que debemos y lo que no debemos hacer.
Como ya es tradicional para el Consejo Nacional Aymara, cada año nos trasladamos a una comuna del interior y esta vez fue a la localidad de Tarapacá comuna de Huara.
En conjunto con los vecinos de la localidad tuvimos una jornada de preparación durante la noche, en ella preparamos las mesas que ofrendaríamos, guiados por el Amawta Rumiñahui y su sra. Killa cada uno de nosotros pudo poner sus deseos y sus buenas vibras para el ciclo que se inicia.
El frio no se sentía pues estabamos rodeados de muchos hermanos los cuales nos habían acompañado desde Iquique.
La subida al cerro
Cuando ya se acercaba la hora, subimos al cerro, cada uno de nosotros cargando palos y leña para las fogatas que nos abrigarían de la larga y fria amanecida.
Armada la mesa con las ofrendas, pasamos a ch'allarla cada uno de los presentes, para después proceder a quemarla, durante la quema, danzamos por rededor del fuego, Rumiñahui decía que es bueno para limpiarnos de los males y las malas vibras.
Este año el sol no salió con mucha fuerza, estaba nublado y demoraba en salir, los presentes estaban impacientes pero con fé en que saldría como nunca. Mientras esto ocurría, nuesstro amawta ofreció bautizar a quien lo desease pero haciendo incapié en los requisitos y disposición, fue así que algunos pensarón mucho y al final se decidieron cinco personas las que fueron bautizadas con nombres originarios. Los bautizados fueron Kusisiña Warmi, Yaguar Mallku, kanter, kurmi y Bartolina. Fue al término de ese acto que el sol apareció debilmente pero ya pasada una hora su resplandor se sintió fue así como nos abrazamos en señal de buenahora y empezamos a descender del cerro.La kalapurka
Ahí nos estaba esperando la rica kalapurka, que bien se sentía con el frió reinante, compartimos y alcanzó para todos, los residentes y las visitas, luego de eso, nos dispersamos por el pueblo para esperar el bus de la Municipalidad de Huara que nos había trasladado amablemente.
Este año tuvo mucho recogimiento, mucho tiempo para pensar para llenarse de energías positivas sin duda fue una gran vivencia y recibimos muchas enseñanzas de nuestro guia quien en todo momento nos dió señales de lo que debemos y lo que no debemos hacer.
¡¡¡Jallalla Machaq Mara!!!
¡¡¡Jallalla Tata Inti!!!
¡¡¡Jallalla Tata Inti!!!
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