21 octubre 2009

RAICES DEL FUTURO

En esta oportunidad, queremos compartir con ustedes este artículo el cual nos lleva a reflexionar acerca de nuestra actitud y el cómo seguimos la corriente sin darnos cuenta a lo que nos lleva.

RAÍCES DEL FUTURO

El mundo moderno se ha lanzado a la temeraria tarea de pretender aniquilar cualquier forma de cultura que no se encuadre en los marcos de sus intereses o de la periferia de sus centros de dominio.

Un ciudadano japonés norteamericano se animó a afirmar con gran aplomo que la historia no se crea y no avanza más que como producto de la violencia ideológica, de los grandes antagonismos, por tanto, al caer el último enemigo de la economía ultra liberal, la denominada Unión Soviética en 1989, no habiendo ningún oponente mayor, la historia había terminado.

Un ídolo inmenso fue erigido y entronizado para que la humanidad adore y le rinda reverencia “la economía ultraliberal de mercado”, sostén ideológico, filosófico, político y por sobre todo económico del mundo occidental.

Cualquier forma de irreverencia habrá de ser hábilmente neutralizada y se buscaran los medios para satánizar las opiniones, en caso de persistir las mismas, consecuentemente se las considerarán delitos, es decir la sola mención de la palabra que refleje disidencia.

Empero, sin contradecir en el fondo pero si en la forma, un pensador educado en Princenton, de nombre Samuel Huntington, expuso aun algo más. “El choque de las civilizaciones dominará la política mundial. Las líneas de fractura entre civilizaciones serán las líneas delanteras del porvenir”

Como podemos ver, una nueva forma de totalitarismo se ha encumbrado en las altas esferas que dominan a la humanidad, en el siglo XX, tanto las ideologías Nazi fascistas, como el denominado comunismo habían sido superados por la ideología de “economía ultra liberal de mercado”. Aquellos pensamientos que fueran considerados como totalitarios, hoy no son sino una mueca de risa ante el nuevo totalitarismo capitalista ultraliberal y de mercado.

El extremo consumismo, hábilmente montado con esquemas de una nueva técnica, para unos, ciencia para otros y religión para una inmensa masa humana, paso a ser la base de sustentación material de la filosofía, enmarcada en los parámetros que cada sociedad erigía a su vez para demostrar sus niveles de adelanto, progreso, bienestar y largo etc., de enunciados con los cuales la loca carrera se desarrolla. La meta a ser alcanzada EL CONSUMISMO, dios de dioses moderno.

Cientos de miles de hectáreas de masa boscosa han sido taladas y quemadas para suministrar materia prima al nuevo templo de esa especie de religión que como un alud de nieve o barro arrastra a las sociedades de las ciudades cosmopolitas, que se auto denominan modernas.

El mito crece y se arraiga en todos los rincones del planeta, la humanidad parece embrutecida en su sed de consumismo.

Lamentablemente, no toda la humanidad se puede beneficiar de ese supuesto confort, de esa abundancia, es más, se podría decir que el noventa por ciento de la humanidad se ha quedado al otro lado del beneficio de la sociedad de consumo y supuesto bienestar. El hambre arrecia con mayor virulencia a los pueblos productores de materia prima, esos pueblos son quienes sufren las consecuencias de un mundo enloquecido.
NOTA: Esta es el comienzo de este interesante artículo, los invitamos a continuar con la lectura del mismo conectando con este link http://www.faustoreinaga.org/home/mallki/revistas/Barti-3Rev2-octub-2003.htm
Nuestros agradecimientos a Manuel Rojas por compartirnos tan interesante artículo.

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